Cuando el nazismo llegó, había un
momento de duras condiciones impuestas en por el Tratado de
Versalles, además, se juntó con una gran crisis mundial.
Además, en Alemania, esta situación
era más grave aún, ya que con la crisis que había en todo el
mundo, a Alemania se le sumaba que tenía que pagar el tributo por la
derrota en la Primera Guerra Mundial.
Adolf Hitler añadió con maestría el elemento del racismo para
formar la mezcla explosiva y paranoica que galvanizaría a toda una
nación. Supo concitar en todos el odio a los judíos, como elemento
cohesionador, y proponerles la superioridad de la raza aria como
única válida para dominar el mundo.
Hitler estuvo encarcelado en la prisión de Landsberg por su
participación en el golpe de 1923. Allí escribió su obra Mein
Kampf que significa Mi Lucha.
Esta obra se convirtió en evangelio de masas. Según lo expuesto
en él, la raza aria es superior por naturaleza; el Fürher es la
encarnación del Estado y por tanto del pueblo.
Esto fue el arma para la más cruel derrota que el pueblo utilizó,
el mayor genocidio de la historia y la destrucción de Europa.
Diez años después de ser liberado, Hitler es nombrado
Canciller de Alemania y el Reichstag es quemado.Hitler acusa a los
comunistas suspende derechos civiles y se instaura como Führer del
Tercer Reich.
Se consideraba a sí mismo un pensador profundo y riguroso y estaba
convencido de que había encontrado la clave para comprender un mundo
tan complejo. Creía que las características, actitudes,
habilidades y comportamientos de una persona estaban determinados por su
presunta constitución racial.
Los nazis definían a los judíos como una “raza”. Los nazis, quienes
consideraban que la religión judía era irrelevante, atribuyeron una
amplia variedad de estereotipos negativos sobre los judíos. Asimismo,
atribuyeron el comportamiento “judío” a una herencia inalterable,
determinada biológicamente, que impulsaba a la “raza judía”, al igual
que otras razas, a luchar por la supervivencia por medio de la expansión
y a expensas de otras razas. El concepto ideológico de raza de los nazis, si bien clasificaba a los judíos como el “enemigo” prioritario.
Los nazis creían que las razas superiores no solo tenían el derecho sino
que tenían la obligación de sojuzgar e incluso exterminar a las
inferiores. Creían que esta lucha de razas era coherente con las leyes
de la naturaleza.
Según Hitler y otros, mantener la pureza de la raza era importante
porque la mezcla de razas con el tiempo conduciría a la degradación y
degeneración de una raza hasta el punto de perder sus características
distintivas.
Hitler creía que los alemanes pertenecían a un grupo superior de razas
al que llamaba “ario”. Hitler afirmaba que la raza “aria” alemana había
sido mejor dotada que las demás y que esa superioridad biológica
destinaba a los alemanes a estar al mando del Imperio en Europa Oriental.
Hitler y el partido nazi señalaron a sus enemigos raciales en términos
claros e inequívocos. Para Hitler y los nazis, los judíos representaban
un enemigo prioritario, tanto dentro como fuera de Alemania y su objetivo era eliminar esta raza.
Durante la era del Holocausto, las autoridades alemanas persiguieron a otros grupos debido a su percibida "inferioridad racial". Perseguían a gitanos, discapacitados,polacos y
rusos, entre otros. Otros grupos fueron perseguidos por motivos
políticos, ideológicos y de comportamiento, entre ellos los comunistas,
los socialistas, como los testigos de Jehová y los homosexuales
Para su exterminio, se construyeron campos de concentración y cámaras de gas. Allí, los cuerpos de las víctimas eran quemados o enterrados en fosas comunes.
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